miércoles, 5 de enero de 2011

Bosnia después de: ¿A dónde voy?

Una vez realizados los pasos explicados en la sección “los inicios”, ya estaba lista para ¡IRME! Pero tantas cosas se pueden hacer que empecé a dudar; ¿India? ¿Argentina? ¿Cualquier otra cosa?...
Así que decidí dejarme llevar un poco por las casualidades mientras encontraba la respuesta. Y la primera de las casualidades me llevo de un día para otro a Croacia.
Fui para unos cinco días, ya sabes, eso, mientras me decidía entre India y Argentina... y allí conocí a Julien, un chico francés que estaba haciendo una ruta en coche y tienda de campaña, así que ¡acababa de encontrar compañero de viaje para un par de días! Estuvimos en Hvar, una islita croata y dormimos en la tienda de campaña en medio de la montaña y al día siguiente seguimos la ruta. De repente me llegó un mensaje al móvil. Era mi padre que me decía que tuviera cuidado pues esos días había muchos disturbios por el centro de Barcelona debido a una gran manifestación. ¡Y ahí me di cuenta! No solo no me había acordado de decirle a mi padre que me iba unos días, sino que me llegaba su mensaje en el momento menos oportuno: ¡cruzando la frontera para entrar a Bosnia! Papá, como te voy a decir, preocupado como estás por mí y las manifestaciones de Barcelona, que no solo me he ido de viaje sin avisar, sino que ¡estoy en Bosnia! Evidentemente, opté por no darle la noticia, por riesgo de que le diera un patatús.

Pocitej
Y ¿qué puedo decir de Bosnia? Lo poco que tuvimos tiempo de ver, Mostar y Pocitej, me encantó. Unos lugares completamente destruidos y recontruidos hace tan poco tiempo... En algún lugar leí que a Pocitej acudieron miles de artistas, poetas, pintores, escritores, procedentes de todas partes del mundo, hasta el inicio de la guerra y por ese motivo la quise visitar. Aparentemente los artistas acudían a inspirarse por la belleza de las contrucciones mitad mediterraneas mitad turcas de la ciudad, hoy protegida por la UNESCO. Pero tras la guerra Pocitej quedó destruida y ahora, según me contó una de sus habitantes a la que conocí en la escalera que lleva a la mezquita, solo 60 personas viven allí.



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