miércoles, 5 de enero de 2011

En el bus a Berlín encontré un Sol.

Hola, ¿tienes dónde quedarte en Berlín? No, ¿y tu? Menos. ¿Buscamos algo juntas? ¡OK!
Así conocí a la más graciosa de las argentinas, Sol, en el autobús de Copenhague a Berlín en el que conocimos a un astrólogo que llevaba un vaso lleno de vino dentro de la bolsa y nos hablaba de algún artista que ahora no recuerdo, que él había conocido años atrás.
Al legar a Berlín, todo había sido un engaño, el pirulí que aparecía en Google cuando busqué la estación a la que llegábamos no era el de Alexanderplatz, en pleno centro, sino que estábamos a tomar por... muy lejos, vaya, y era la 1 de la madrugada...
Después de algo de nervios y de varios ¿qué hacemos ahora?, conseguimos contactar con un hostal y tras la odisea buscando cómo llegar al centro y tras una hora a pata, por fin, exhaustas, llegamos. Ala, ¡a dormir!
Sol
Al día siguiente conocimos a otros inquilinos de la habitación de 10 camas, dos italianos que estaban buscando trabajo en Berlín, y luego a Santi, un chico de Mallorca que buscaba piso, a Eli una chica vasca que pensaba en mudarse allí también, a un par de amigos profes que habían venido de vacaciones ¡y ya estuvo la familia hecha! Mucho hablar español, nada de aprender alemán, pero muchas salidas juntos, conciertos, risas, bares, cerveza...
Yo había puesto un anuncio en internet para buscar un compañero/a de autoestop para bajar a Barcelona y así es como conocí a Jurgen, un holandés que tenía la intención de salir de Berlín para llegar a Portugal para ir al Rainbow Festival. La última noche antes de empezar el viaje interminable haciendo autoestop con Jurgen, toda la colonia española-italiana-argentina del hostal salimos juntos y eso fue... a medida que pasaba la noche cada uno se iba perdiendo más y más, y así iba también perdiendo a los otros. Sol y yo legamos juntas al hostal, los demás, no lo sé, alguno iba llegando, escalonadamente, hasta que por último, cuando yo ya estaba en pie para ir a encontrarme con jurgen y empezar el viaje, por ahí apareció uno de los profes, solo, pues se había dejado olvidado al otro en la estación de metro, cuando éste se quedó dormido pues tenía problemas de narcolepsia... Evidentemente, le robaron todo lo que llevaba.

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